
Proyecto Warmi
Esta intervención se centró en prestar un apoyo eficaz a mujeres con familia a su cargo, que se encontraban en situación de riesgo social extremo. Pero aunque ellas fueran las protagonistas principales de nuestra acción, realmente fue a sus pequeños a los que sobre todas las cosas quisimos proteger.
En la ciudad de Lima es tristemente común ver mujeres, a veces niñas, vendiendo caramelos y pidiendo limosna por las calles con sus hijos a la espalda.
Fueron esos pequeños y sus mamás el colectivo prioritario de nuestra acción. Con cada una de las madres con las que trabajamos, tras un análisis pormenorizado de su situación, de sus capacidades y de su potencial, así como de su interés real en cambiar su forma de vida, se trazó un plan de intervención. Éste fue elaborado con las mujeres mismas, y consensuado con otros posibles actores, ya que siempre que fue posible tratamos de apoyar nuestra intervención en los recursos sociales del entorno directo de la familia. Dicho plan debía ser plenamente aceptado también como propio, no sólo por parte de nuestras usuarias, si no también por su red de apoyo si esta existiera (pareja, familiares directos…).
En él se marcaban los plazos, actividades y condiciones del acuerdo entre el proyecto y esas mujeres. Ese plan de acción tenía siempre como base el interés prioritario por la situación de los más pequeños, que desde el inicio debían de estar escolarizados o matriculados en nidos o casas hogar con un horario lo suficientemente amplio como para que su madre pudiera desempeñar un trabajo normalizado que proporcionara a la familia ingresos suficientes para cubrir todas sus necesidades.
Feu siempre condición esencial que los menores dejaran de inmediato de acompañar a cualquier miembro de la unidad familiar en actividades como la venta ambulante o la mendicidad. Incluso fuera del horario y el calendario escolar. El incumplimiento de este compromiso dejaba fuera de nuestro programa de forma inmediata a la familia que no fuera capaz de respetar este punto fundamental.
La situación y evolución de los niños se sigue de cerca con visitas periódicas a la vivienda de las usuarias y a los centros escolares de sus hijos, y tiene como indicadores fundamentales las observaciones de su normal desarrollo a nivel pediátrico. Parte imprescindible del compromiso de la madre es que los niños han de visitar con la periodicidad marcada a un médico de referencia.
Con el fin de garantizar la inserción laboral de las mujeres en las mejores condiciones posibles, en determinados casos trazamos un itinerario previo de capacitación durante el cual los gastos del mantenimiento del hogar fueron cubiertos por el proyecto. De este mismo apoyo podían también beneficiarse otros miembros adultos de la familia. Así mismo les acompañamos o derivamos a otras entidades especialistas en empleo como la Asociación Grupo de Trabajo Redes y la agencia de empleo la Casa de Panchita , en dónde también recibieron un apoyo especializado en el ámbito laboral, paralelo al que nosotros les prestamos.
Una vez culminado ese proceso, o de inmediato también en algunos casos de extrema urgencia, nuestro acompañamiento se centró en la búsqueda efectiva e inmediata de empleo. Un empleo que, en las mejores condiciones posibles, permitió la conciliación de la vida profesional y laboral de esas mujeres. Para ello, contactamos con posibles empleadores a los que ofrecimos apoyo a la hora de seleccionar la futura empleada que mejor se ajustara a sus necesidades. Incluso en determinadas ocasiones, subvencionamos los primeros días de trabajo de nuestras candidatas, de forma que no supusiera costo alguno para el contratador darle una oportunidad laboral a nuestras usuarias.
Cuando fue posible, se trató también de acompañar a la mujer en un proceso cuyo objetivo fue mejorar las condiciones de su hogar, dotándolo de los elementos necesarios y/o las reformas imprescindibles para que disfrutara de una vivienda en condiciones dignas.
Sise consideró necesario, incluso tratamos de proporcionar a aquellas que lo aceptaron, un apoyo psicológico que las ayudó a ellas y/o a sus hijos a lidiar con las situaciones de trauma que hubieran podido vivir, y que podían afectar de cualquier forma al bienestar familiar.
Finalmente, las beneficiarias del proyecto se comprometieron a seguir dos cortos procesos de capacitación. En el primero de ellos, se les ofreció apoyo y guía para lograr un empoderamiento a nivel emocional que les facilitó la difícil tarea de tomar las riendas de su vida, evitando dependencias afectivas insanas y perjudiciales.
En el segundo, que tuvo un carácter más vivencial y estuvo enfocado casi como un proceso de acompañamiento personalizado, se les ayudó a gestionar de forma más eficiente y realista sus ingresos y gastos, a manejar racionalmente su economía doméstica y a acceder a todos los servicios públicos disponibles en su comunidad que pudieron facilitarles una mejor calidad de vida en todas las áreas (sanidad, educación formal y no formal, ocio y tiempo libre…).
Una vez que la familia tuvo una situación normalizada y logró, además de mantener unos ingresos suficientes para cubrir sus gastos, tener un remanente de dinero ahorrado en una cuenta bancaria (con un depósito superior a los S/. 1,000), la cabeza de familia y los otros posibles adultos beneficiados por nuestra intervención tuvieron que donar al proyecto una cantidad igual al total del valor invertido en su proceso por nuestra organización.
Ese donativo tuvo como destino apoyar a otras mujeres y familias en su misma situación, y pudo ser cancelado de dos formas:
- Con pequeñas aportaciones monetarias periódicas.
- Con horas de trabajo voluntario al servicio del proyecto y/o de otros proyectos de la organización o de organizaciones colaboradoras.
La financiación necesaria para cubrir esta intervención fue facilitada hasta el momento por familias peruanas y extranjeras interesadas en proporcionar apoyo eficaz y cercano a este colectivo. Dichas familias colaboradoras recibieron periódicamente información acerca de la evolución de las mujeres a las que apoyaron, y si lo desearon, pudieron incluso contactar directamente con ellas. Esi sí, siempre bajo la supervisión y seguimiento de nuestro equipo técnico y con el consentimiento pleno de nuestras usuarias y sus familiares. En este sentido, toda la información se facilitó bajo un compromiso que marcaba que la misma debía manejarse en todo momento como estrictamente confidencial.